La fortaleza De San Fernando
La Fortaleza de San Fernando
se ubica en Omoa, departamento de Cortés, en la república de Honduras
Omoa fue un pueblo de indios en 1536, repartido por Pedro de Alvarado a Luis del Puerto, pero a finales del siglo XVI se despobló por completo. En 1752, fue refundado bajo el nombre de Omoa, con la idea de construir una fortaleza y establecer un puerto libre del peligro de corsarios en la costa norte de Honduras, se le encomendó al ingeniero español Luis Diez Navarro. La Fortaleza de San Fernando de Omoa es, quizá, el lugar histórico más conocido de Omoa, y posiblemente, la estructura de defensa colonial más importante en toda Centroamérica.[1] En 1759 el rey Fernando VI de España autorizó la construcción del fuerte, en 1768 Luis Díez Navarro realizó el plano de la Fortaleza de Omoa, mostrando el cimiento de la fortificación de San Fernando y el puerto, Omoa reemplazó así al Puerto de Golfo Dulce, al convertirse en un bastión defendible y poderoso para la Corona española,[2] la fortaleza fue terminada en 1775.
Fue construido por los indígenas y algunos de los esclavos africanos, con el propósito de defenderse de los piratas. En aquel tiempo el terreno era de tierra arenosa, porque la arena retenía demasiada agua cuando llovía y humedecía las paredes, desgastándolas y haciéndolas menos resistentes. Las paredes eran hechas mayoritariamente por piedras y coral, para que fuesen bastante resistentes. Algunas de las bóvedas tenían barrotes muy gruesos, porque un tiempo fue usado como prisión. Durante la colonia, Omoa fue el puerto más importante en la costa atlántica de Centroamérica, ya que protegía del peligro al botín de plata y los pueblos de la costa, motivo por el cual fue atacada muchas de veces por los piratas y corsarios que buscaban adueñarse de las riquezas que desde las colonias se enviaba a España.
A poco de su terminación los ingleses se apoderaron de la Fortaleza de San Fernando en la Bahía de Honduras; Matías de Gálvez, Capitán General de Guatemala, reunió a las tropas acantonadas en Amatitlán, Sacatepéquez, Olancho, Tegucigalpa, Santa Ana, Comayagua, San Salvador y Nueva Segovia y se trasladó a la costa norte de Honduras, logrando reconquistar la fortaleza el 5 de enero de 1781, expulsando a los ingleses del río San Juan y del lago Cocibolca. Después de haber sacado a los ingleses de la Bahía de Honduras, regresó a la ciudad de Guatemala en 1782.
Durante el mes de noviembre de 1832, fuerzas mercenarias comandadas por los coroneles Ramón Guzmán y Vicente Domínguez acompañados de doscientos morenos invaden Omoa, luego cayeron el Puerto de Trujillo y Comayagua; la Fortaleza de San Fernando[3] estuvo bajo su poder y como centro de operaciones. El general Francisco Ferrera como comandante en jefe de las fuerzas hondureñas, retomó los lugares capturados y ordenó el fusilamiento de los rebeldes.
En agosto de 1853, durante la guerra entre Guatemala y Honduras, fuerzas invasoras guatemaltecas al mando del coronel José Víctor Zavala tomarón fácilmente la fortaleza, rápidamente el presidente general José Trinidad Cabañas que había colocado su puesto de mando en el occidente de Honduras, ordeno el envió de tropas para recuperar dicho edificio militar.[4]
El 3 de octubre de 1870, siendo presidente el General José María Medina ordenó mediante "Acuerdo Gubernamental" que se suprimiera como prisión las insalubres bóvedas del castillo español de San Fernando de Omoa, por motivos de humanidad. Muchos hondureños y extranjeros fallecieron en estas cárceles, mientras eran prisioneros por las guerras.
San Fernando de Omoa, es el fuerte más grande de toda Centroamérica y es el segundo mayor en toda América.
Descripción del Fuerte
El local está dividido en 31 bóvedas, de las cuales, una estaba designada para capilla. En las otras bóvedas estaban: las cocinas, las oficinas administrativas, el polvorín y el armero. En la parte de la terraza estaban colocados los cañones. Las paredes del fuerte, tienen una forma de un semicírculo o bien, de un arco y una flecha, dichas paredes tienen formas redondeadas para cubrir el impacto de las olas del mar. Las casa de guardia, ubicadas en la parte de arriba, tienen un diseño barroco. Al lado de la fortaleza se encuentra un área que en su día albergó viviendas, pero que tuvieron ser demolidas por necesidades de material de construcción
Es de hacer notar que cuando fue construida la fortaleza ésta quedaba a unos pocos metros de distancia del mar, ahora se puede apreciar que la costa ha ganado más playa separando una buena parte el castillo del mar. Pero, cuando este bastión estaba en pleno apogeo fue atacado 3 veces por piratas. La primera vez fue por los ingleses, que la tomaron, fue la primera y última vez que extranjeros tomaron posesión del fuerte. Después, fue peleado y vuelto a recuperar por los españoles. La segunda vez, fue atacado por el pirata Luis, que era de origen francés. A pesar de que no causó tanto daño, sí robo varias cosas de valor. La tercera vez fue atacado por piratas, también, y esta vez, fue la de menos impacto.[5] Pero, aún cuando la amenaza de piratería había cesado. Y nuevamente, después de haber servido este propósito como oficina central de gobierno local, el fuerte fue utilizado como una prisión por las autoridades, y eventualmente fue abandonado por un buen tiempo.
Se dice que a algunos prisioneros se les condenaba a estar bajo una llave que dejaba caer una gota de agua fría a la vez, y así, al prisionero condenado se le iba enfriando poco a poco el cerebro hasta que éste quedaba congelado y moría[cita requerida]. Por lo que se dice, que posiblemente sólo es una leyenda o que lo decían a los prisioneros para infundir miedo.
La fortaleza de San Fernando de Omoa fue proclamado como Centro Histórico Nacional en fecha 11 de mayo de 1959, ya que resalta la época colonial; contiguo al mismo se encuentra el museo que cuenta con material histórico y relevante acerca de la fortaleza, una maqueta, armaduras
se ubica en Omoa, departamento de Cortés, en la república de Honduras
Omoa fue un pueblo de indios en 1536, repartido por Pedro de Alvarado a Luis del Puerto, pero a finales del siglo XVI se despobló por completo. En 1752, fue refundado bajo el nombre de Omoa, con la idea de construir una fortaleza y establecer un puerto libre del peligro de corsarios en la costa norte de Honduras, se le encomendó al ingeniero español Luis Diez Navarro. La Fortaleza de San Fernando de Omoa es, quizá, el lugar histórico más conocido de Omoa, y posiblemente, la estructura de defensa colonial más importante en toda Centroamérica.[1] En 1759 el rey Fernando VI de España autorizó la construcción del fuerte, en 1768 Luis Díez Navarro realizó el plano de la Fortaleza de Omoa, mostrando el cimiento de la fortificación de San Fernando y el puerto, Omoa reemplazó así al Puerto de Golfo Dulce, al convertirse en un bastión defendible y poderoso para la Corona española,[2] la fortaleza fue terminada en 1775.
Fue construido por los indígenas y algunos de los esclavos africanos, con el propósito de defenderse de los piratas. En aquel tiempo el terreno era de tierra arenosa, porque la arena retenía demasiada agua cuando llovía y humedecía las paredes, desgastándolas y haciéndolas menos resistentes. Las paredes eran hechas mayoritariamente por piedras y coral, para que fuesen bastante resistentes. Algunas de las bóvedas tenían barrotes muy gruesos, porque un tiempo fue usado como prisión. Durante la colonia, Omoa fue el puerto más importante en la costa atlántica de Centroamérica, ya que protegía del peligro al botín de plata y los pueblos de la costa, motivo por el cual fue atacada muchas de veces por los piratas y corsarios que buscaban adueñarse de las riquezas que desde las colonias se enviaba a España.
A poco de su terminación los ingleses se apoderaron de la Fortaleza de San Fernando en la Bahía de Honduras; Matías de Gálvez, Capitán General de Guatemala, reunió a las tropas acantonadas en Amatitlán, Sacatepéquez, Olancho, Tegucigalpa, Santa Ana, Comayagua, San Salvador y Nueva Segovia y se trasladó a la costa norte de Honduras, logrando reconquistar la fortaleza el 5 de enero de 1781, expulsando a los ingleses del río San Juan y del lago Cocibolca. Después de haber sacado a los ingleses de la Bahía de Honduras, regresó a la ciudad de Guatemala en 1782.
Durante el mes de noviembre de 1832, fuerzas mercenarias comandadas por los coroneles Ramón Guzmán y Vicente Domínguez acompañados de doscientos morenos invaden Omoa, luego cayeron el Puerto de Trujillo y Comayagua; la Fortaleza de San Fernando[3] estuvo bajo su poder y como centro de operaciones. El general Francisco Ferrera como comandante en jefe de las fuerzas hondureñas, retomó los lugares capturados y ordenó el fusilamiento de los rebeldes.
En agosto de 1853, durante la guerra entre Guatemala y Honduras, fuerzas invasoras guatemaltecas al mando del coronel José Víctor Zavala tomarón fácilmente la fortaleza, rápidamente el presidente general José Trinidad Cabañas que había colocado su puesto de mando en el occidente de Honduras, ordeno el envió de tropas para recuperar dicho edificio militar.[4]
El 3 de octubre de 1870, siendo presidente el General José María Medina ordenó mediante "Acuerdo Gubernamental" que se suprimiera como prisión las insalubres bóvedas del castillo español de San Fernando de Omoa, por motivos de humanidad. Muchos hondureños y extranjeros fallecieron en estas cárceles, mientras eran prisioneros por las guerras.
San Fernando de Omoa, es el fuerte más grande de toda Centroamérica y es el segundo mayor en toda América.
Descripción del Fuerte
El local está dividido en 31 bóvedas, de las cuales, una estaba designada para capilla. En las otras bóvedas estaban: las cocinas, las oficinas administrativas, el polvorín y el armero. En la parte de la terraza estaban colocados los cañones. Las paredes del fuerte, tienen una forma de un semicírculo o bien, de un arco y una flecha, dichas paredes tienen formas redondeadas para cubrir el impacto de las olas del mar. Las casa de guardia, ubicadas en la parte de arriba, tienen un diseño barroco. Al lado de la fortaleza se encuentra un área que en su día albergó viviendas, pero que tuvieron ser demolidas por necesidades de material de construcción
Es de hacer notar que cuando fue construida la fortaleza ésta quedaba a unos pocos metros de distancia del mar, ahora se puede apreciar que la costa ha ganado más playa separando una buena parte el castillo del mar. Pero, cuando este bastión estaba en pleno apogeo fue atacado 3 veces por piratas. La primera vez fue por los ingleses, que la tomaron, fue la primera y última vez que extranjeros tomaron posesión del fuerte. Después, fue peleado y vuelto a recuperar por los españoles. La segunda vez, fue atacado por el pirata Luis, que era de origen francés. A pesar de que no causó tanto daño, sí robo varias cosas de valor. La tercera vez fue atacado por piratas, también, y esta vez, fue la de menos impacto.[5] Pero, aún cuando la amenaza de piratería había cesado. Y nuevamente, después de haber servido este propósito como oficina central de gobierno local, el fuerte fue utilizado como una prisión por las autoridades, y eventualmente fue abandonado por un buen tiempo.
Se dice que a algunos prisioneros se les condenaba a estar bajo una llave que dejaba caer una gota de agua fría a la vez, y así, al prisionero condenado se le iba enfriando poco a poco el cerebro hasta que éste quedaba congelado y moría[cita requerida]. Por lo que se dice, que posiblemente sólo es una leyenda o que lo decían a los prisioneros para infundir miedo.
La fortaleza de San Fernando de Omoa fue proclamado como Centro Histórico Nacional en fecha 11 de mayo de 1959, ya que resalta la época colonial; contiguo al mismo se encuentra el museo que cuenta con material histórico y relevante acerca de la fortaleza, una maqueta, armaduras
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