Güinope, un rincón lleno de magia natural y cordialidad por su gente
Güinope es un municipio del departamento de El Paraíso, un paraje colmado de flora y fauna. Para el visitante los principales atractivos residen en sus casas coloniales, en las imponentes montañas que guardan exclusivas cascadas y la afabilidad de los pobladores.
Son 54 kilómetros que lo separan de la capital. Para llegar a este pueblo se debe tomar la carretera de Danlí y desviarse antes de la universidad El Zamorano. Se recorre primero un trayecto pavimentado y luego una carretera de tierra que está en perfectas condiciones.
Al llegar a Güinope se siente la serenidad de las personas y desde luego su educación. Este pequeño y radiante lugar fue fundado en 1747 por el señor Esteban Rodríguez y es conocido por su producción de naranja y cebolla.
Para los feriados, los turistas nativos y extranjeros suelen darse una vuelta en este municipio porque es un destino bendecido con cascadas y balnearios. Los más conocidos de este territorio son: la cascada La Fortuna, El Barro y su piscina natural Playa Blanca.
Otra de las razones por las que los viajeros llegan a Güinope es por su fiesta patronal que se celebra en mayo en honor a San Isidro Labrador. En esta celebración se puede encontrar infinidad de productos derivados de las frutas cítricas como vinos, dulces y repostería.
Güinope significa “en el agua de las palomas”, que es un topónimo de origen mexicano. Este lugar promete regalarle mágicos episodios que nunca se irán de su mente.
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